¿Qué nos hubiéramos ahorrado si nos hubieran enseñado a gestionar las emociones? ¿Hubiésemos tenido los mismos problemas emocionales que ahora? ¿Es importante la inteligencia emocional es las escuelas?


La inteligencia emocional en las escuelas, algo de lo que se habla mucho últimamente pero que aún hay mucho que luchar para que sea una inteligencia arraigada en el ser humano, que sea algo tan evidente que ya ni se hable de ella.

Las pasadas generaciones

Evidentemente los de mi generación y no hablamos de los más antiguos, nunca supimos lo que era la inteligencia emocional, durante nuestra EGB en mi caso. Se limitaban o les limitaban, y no es por criticar a los maestros tan buenos que tuvimos, no todos, a llevar a cabo las metodologías de entonces que ninguna contemplaba educar las emociones de sus alumnos. ¿Qué nos hubiéramos ahorrado si nos hubieran enseñado a gestionar las emociones? ¿Hubiésemos tenido los mismos problemas emocionales que ahora? Me aventuro a decir que no hubiéramos tenido los mismos problemas y con toda seguridad nos hubiéramos ahorrado muchos dolores de cabeza si desde pequeños nos hubieran enseñado a gestionar todo lo que sentimos. Aunque actualmente no es obligatorio impartirla en los colegios, sí que es cierto que ya hay muchos de ellos que ofrecen la posibilidad a sus alumnos de poder aprender a encargarse de sus emociones. 

Los maestros

Con esto no quiero culpar a los maestros/a, ni mucho menos, de hecho gracias a ellos somos lo que somos ahora, y no debemos olvidar que aunque muchos imparten inteligencia emocional en la escuela por su cuenta, están atados de pies y manos. Quizás sean nuestras políticas de educación o no sé porque, pero siempre ha habido un rechazo para este tiempo de educación. De hecho a día de hoy sigue sin estar regulada, es una educación trasversal optativa para el alumno. Y digo yo, ¿optativa?….

Serán Salovey y Mayer en 1990 los primeros en introducir el concepto de inteligencia emocional, según estos autores, “la inteligencia emocional incluye la habilidad para percibir con precisión, valorar y expresar emoción; la habilidad de acceder y/o generar sentimientos cuando facilitan pensamientos; la habilidad de comprender la emoción y el conocimiento emocional; y la habilidad para regular las emociones para promover crecimiento emocional e intelectual”. La inteligencia emocional se refiere a un “pensador con un corazón” (“a thinker with a heart”) que percibe, comprende y maneja relaciones sociales.

Dentro de la inteligencia emocional podemos encontrar:

  • Autoconocimiento: Nos permitirá conocer qué es lo que nos gusta, saber cómo vamos a reaccionar ante una situación determinada, ser conscientes de lo que sentimos en cada momento, reconocer cuales son nuestras necesidades (sociales, familiares, laborales…), detectar de una manera clara nuestros objetivos, tener muy claro nuestros valores entre otras cosas.
  • Toma de decisiones: fundamental a la hora de decidir qué camino queremos elegir. Cuando hablo de camino me refiero a cualquiera: camino social, laboral, académico, familiar… una buena capacidad de tomar decisiones nos permitirá estar en consonancia con lo que queremos y lo que hacemos aunque tengamos interferencias externas. 
  • Empatía: Ponerse en el lugar de la persona que tenemos delante es una virtud que te permite poder mantener conversaciones asertivas en cualquiera de los niveles (familia, trabajo, amigos…). Conocer las emociones de otra persona, entenderlas y poder mantener un contacto respetando éstas es una de las muchas cosas que te puedes permitir siendo una persona empática. 
  • Resolución de conflictos: Capacidad para escoger la manera más adecuada ante diversas situaciones conflictivas en cualquier ámbito de la vida.
  • Comunicación: ¿De verdad controlas tu comunicación, o ella es la que te condiciona? Quizás hay momentos en los que no saber cómo comunicarte puede ocasionarte escenarios poco agradables. Incluso tan importante es la comunicación interna como la externa. El cómo nos hablamos a nosotros mismos afecta a nuestras emociones y por lo tanto a nuestro comportamiento. 
  • Autoaceptación: Y no menos importante, tenemos la aceptación de uno mismo, ser consciente de nuestras fortalezas, debilidades, y aceptarlas como tal. Querernos y respetarnos, algo que debería ser normal, no siempre es así y por eso, me vuelvo a repetir, la importancia de la inteligencia emocional. 

Y por todo esto y mucho más es por lo que quizás en lugar de ser algo optativo en las escuelas o que tenga que impartirlo un maestro de manera unilateral y sin regulación, la inteligencia emocional en las escuelas podría incluirse en el currículo educativo. Tan importante es saber sumar como saber resolver conflictos, tan importante es saber restar como respetarse a uno mismo y a los demás… 

La importancia de la inteligencia emocional

En conclusión, si realmente es tan importante la inteligencia emocional en las escuelas y además mucha gente lo sabe y está de acuerdo en ello, ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo lo podemos hacer? ¿A quién hay que acudir? Quizás son preguntas con respuesta, pero sin solución, espero que de momento. 

Ahora se está hablando mucho de la salud mental a la que hay que dar cobertura urgentemente, pero bajo mi punto de vista estamos dando la solución a un problema cuando en muchas ocasiones se podía haber evitado con un buen aprendizaje en la gestión de nuestras emociones.  Y nosotros decidiremos si el futuro de nuestros hijos será con o sin capacidades para resolver sus problemas emocionales de una manera óptima para sí mismos. 


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