Tú decides como te quieres sentir, y esto se refiere a que eres tú el que decide si quieres poner remedio a lo que te pasa o no. En muchas ocasiones, se tira la toalla porque la dificultas abruman, pero al fin y al cabo, el que tira la toalla es el que decide hacerlo, por lo que uno siempre decide si deja que los pensamientos intrusivos te gobiernen.
Constantemente estamos recibiendo los pensamientos intrusivos, los cuales en ocasiones están condicionados por el entorno, que es el que nos condiciona, otras veces son pensamientos de sucesos pasados y en gran parte de las veces pensamientos de eventos futuros.
Conducir sin control
No tener consciencia de los pensamientos que vamos teniendo, es como conducir un coche sin controlar los mandos. El resultado es que tarde o temprano uno tiene un golpe.
Pues con la mente nos pasa lo mismo, cuando no somos conscientes de lo que pensamos, es decir, no tenemos el control de los mandos, tarde o temprano nos sentiremos mal. Y sentirse mal, no es un problema, de hecho es normal que nos sintamos mal de vez en cuando, vivimos en una sociedad que nos da pie a ello, el estrés laboral y familiar, la vorágine social, etc. todo eso hace que tengamos muchos inputs mentales que nos van provocando estados emocionales, algunos buenos y otro menos buenos. El problema viene cuando ese estado emocional se prolonga en el tiempo, y nos hace sentirnos mal en demasiadas ocasiones.
Al final, nos damos cuenta que lo más importante es aprender a coger los mandos del coche para evitar tener cualquier accidente, y cuando uno aprende a conducir y a circular, disfruta del camino y esto hace que seas capaz de gestionar todo aquello que vayas encontrando. Y gestionar no significa estar siempre bien, de hecho, eso no va a ocurrir, significa ser capaz de detectar en un tiempo razonable que nuestras emociones no son las que queremos y decidimos tomar las medidas oportunas para gestionar y poder recuperar el estado emocional que se adapte a nuestras preferencias.
¿Pensar siempre en positivo?
“Piensa siempre en positivo” “se positivo y serás feliz” hay muchos eslóganes que nos hacen creer que lo ideal es “pensar siempre en positivo” como si eso fuera posible. Quiero decir, si tengo un mal día, si mi animal de compañía se muere, o algo más grave, pues en esos contextos quizás sea más difícil pensar en positivo. Pero si es conveniente ser consciente del estado emocional que nos ha provocado dicha situación, detectar los pensamientos que están iniciando y gestionarlos, pasar el tiempo justo con ese estado emocional.
Los pensamientos intrusivos, los responsables de cómo nos sentimos, son los causantes de determinados comportamientos en determinados contextos. Es un triángulo “amoroso o de odio” que tú decides SIEMPRE como quieres que termine.
PENSAMIENTO–> CONDUCTA –> EMOCIÓN
La influencia de las creencias, expectativas, adivinaciones, condicionan totalmente nuestro comportamiento. Cuando estamos inmersos en una creencia, ésta hace que generemos muchas imágenes en la mente, que no percibimos, y que nos genera una emoción. Si esa emoción es positiva, no encanta disfrutarla, pero si la emoción es negativa nos molesta. Y pasamos el tiempo diciendo: “me siento mal,” “estoy triste”, “tengo ansiedad”… en lugar de ir al meollo del asunto.
Porque si vas al médico y le dices solamente “me duele”, pero no dices nada más, no le comentas donde te duele, como te duele ni le das más pistas para llegar a un diagnóstico, el médico difícilmente podrá ayudarte.
Por eso, cuando uno dice “tengo ansiedad” no está yendo a la base del problema, no está informando de los síntomas que le genera una situación mental de la que aún no ha sido consciente, se deja llevar por los pensamientos intrusivos.
PENSAMIENTO–> CONDUCTA –> EMOCIÓN
Ir al pensamiento no es tarea fácil, por la sencilla razón de que nunca lo hemos hecho y por eso
nos parece muy difícil, aunque nunca debemos perder la idea de que la diferencia entre lo fácil
y lo difícil es la práctica.
El diario
Para ello hay numeras técnicas dentro de la terapia cognitivo conductual que nos ayuda a tomar
Consciencia de los pensamientos, como por ejemplo elaborar un diario. Pero no un diario donde
reflejes lo que comes y con quien sales, sino uno en el que lo único que se anota son los
momentos en los que te sientes mal. En ese momento es cuando hay que empezar a detectar
qué pensamientos son los que pueden estar generándonos ese estado emocional. Y es con éste
ejercicio con el que empezaremos a tomar consciencia, a detectar qué está pasando en mí
mente. Y a partir de ese momento tendremos, cada vez que vayamos incluyendo información al
diario, más posibilidades de ir conociéndonos y esto hace que podamos ir gestionando, con más
herramientas, todos los estados emocionales que nos hagan sentir mal.
Según comenta Wayne Dyer en “tus zonas erróneas”: Tú decides como te quieres sentir, y esto
se refiere a que eres tú el que decide si quieres poner remedio a lo que te pasa o no. En muchas
ocasiones, se tira la toalla porque la dificultas abruman, pero al fin y al cabo, el que tira la toalla
es el que decide hacerlo, por lo que uno siempre decide.
1 comentario
José Manuel · 6 de noviembre de 2022 a las 22:35
Un artículo muy interesante, muchísimas gracias por la lectura.